Cistitis y su tratamiento.

por | 30 octubre, 2018

Cistitis.

Cistitis su tratamiento y prevención.

Entre el 10 y el 20% de las mujeres sufrirán al menos un episodio de cistitis a lo largo de su vida.

Para prevenir esta molesta infección del tracto urinario basta seguir unas sencillas recomendaciones.

Qué es la cistitis.

La cistitis es una infección de la parte baja del tracto urinario, en concreto de la vejiga, que es causada por bacterias.

La presencia de síntomas diferencia a la cistitis de la bacteriuria asintomática; esta última implica solo presencia de bacterias en un análisis de orina, pero sin molestias de ningún tipo, y por tanto, no precisa de tratamiento excepto en casos concretos.

La incidencia de cistitis es mayor en el sexo femenino, debido a que las mujeres tienen la uretra más corta y se encuentra más cerca del ano, lo que permite a las bacterias llegar con facilidad a la apertura de la vagina y, de ahí, hasta la uretra y la vejiga.

Por el contrario, el hombre tiene la uretra más larga, y además la próstata segrega una sustancia con un efecto bactericida, que evita el ascenso espontáneo de los microorganismos.

Se estima que entre el 10 y el 20% de las mujeres sufrirán al menos un episodio de cistitis a lo largo de su vida, que serán recurrentes en el 20% de los casos.

La edad de mayor incidencia en la mujer es entre los 20 y los 40 años.

En el hombre las cistitis son más frecuentes durante los primeros años de vida, asociadas a la posible existencia de anomalías en el tracto urinario, y a partir de los 50 años debido al incremento, a partir de esta edad, del desarrollo de patologías prostáticas.

Tratamiento de la cistitis

El tratamiento de la cistitis depende de si es complicada o no complicada, y se deben tener en cuenta los factores de riesgo.

El tratamiento con antibióticos contribuye a la eliminación de los microorganismos, al alivio de la sintomatología y previene la aparición de complicaciones, recurrencias o la cronificación del proceso.

El enfoque terapéutico es diferente ante un episodio esporádico o uno con cistitis de repetición. Los episodios esporádicos en mujeres tienden a tratarse de forma empírica.

El antibiótico elegido debe ser efectivo frente a los patógenos habituales, alcanzar concentraciones suficientes en orina y con toxicidad baja, como las cefalosporinas, quinolonas, aminoglucósidos o fosfomicina trometamol.

La vía de administración de elección, salvo que no sea posible, es la oral.

Respecto a la duración del tratamiento, algunos autores afirman que la terapia monodosis consigue la curación clínico-bacteriológica en más del 80% de los casos de cistitis no complicadas.

Sin embargo, la pauta más aceptada actualmente es la de tres días con un antimicrobiano de amplio espectro, para que cese la sintomatología y el urocultivo sea negativo.

La tasa de resistencia microbiana a los antibióticos ha sufrido importantes variaciones en la última década.

Las cepas de E. coli han mostrado un notable incremento en la resistencia a los antimicrobianos de uso habitual, sobre todo a quinolonas. Por tanto, las quinolonas, en España, no son actualmente un fármaco de primera elección.

Las opciones de tratamiento recomendadas para las cistitis incluyen la fosfomicina, algunos beta-lactámicos y cefalosporinas orales de segunda y tercera generación, y el cotrimoxazol (si las tasas de resistencia son menores del 10-20%).

En el caso de cistitis recurrentes, además del tratamiento antibiótico del episodio agudo, se contemplan también factores anatómicos o funcionales y la realización de prácticas higiénico dietéticas profilácticas, como la abundante ingesta hídrica, el lavado perineal frecuente, no retrasar la micción ante el inicio del deseo, o vaciar la vejiga antes y después del coito.

El tratamiento antibiótico en estas pacientes suele ser de 3-7 días, desaconsejándose la dosis única.

Si las infecciones persisten, se hace necesaria la administración de antisépticos urinarios profilácticos. En otros casos de cistitis recurrentes y con una importante afectación de la calidad de vida, no por la gravedad, sino por las molestias repetidas y frecuentes, se puede plantear el uso de antibióticos de manera cíclica, es decir, una semana de cada mes.

En el caso de la bacteriuria asintomática, solo se recomienda tratarla en embarazadas y personas con enfermedades sistémicas como la diabetes, cirrosis, inmunodeprimidos, etcétera.

Otros tratamientos complementarios incluyen la aplicación tópica de estrógenos intravaginales a bajas dosis, y la administración de yogures orales ricos en Lactobacillus (o tópicos), que disminuyen la colonización vaginal por enterobacterias y también contribuyen al control de los episodios.

Prevención de la cistitis

Las probabilidades de sufrir una infección por cistitis se pueden reducir adoptando las siguientes pautas y medidas preventivas:

  • Beber una cantidad suficiente de agua (mínimo 6-8 vasos al día), preferiblemente de mineralización débil (también cuentan zumos e infusiones, caldos…).
  • Orinar con frecuencia y vaciar la vejiga totalmente. No hay que aguantarse las ganas de orinar, ya que favorece la proliferación de gérmenes y consecuentemente de infecciones.
  • Miccionar siempre después del acto sexual para eliminar las posibles bacterias que hayan penetrado durante el coito.
    Evitar los lavados vaginales frecuentes.
  • Después de una evacuación digestiva, las mujeres deben limpiarse de delante hacia atrás, para evitar que las bacterias que pueda haber en el ano pasen a la vagina o la uretra.
  • Tomar zumos de naranja o de arándanos cramberry hace que la orina se acidifique, lo que favorece la eliminación de los gérmenes. Además, los arándanos tienen otro efecto positivo: dificultan la adhesión de las bacterias a la pared de la vejiga.
  • Cuando vuelvas de la playa o la piscina no permanezcas sentado mucho tiempo con la ropa mojada.
  • Come de manera equillibrada y ordenada, despacio y masticando bien los alimentos.

Escrito por Diana Forero Morantes, Bióloga
Revisado por Dr. José Antonio Nuevo González, Especialista en Medicina Interna. Servicio de Urgencias del Hospital Gregorio Marañón de Madrid

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