Qué es una ecografía abdominal.

por | 11 octubre, 2018

Qué es una ecografía abdominal.

A través del uso de ondas de ultrasonido, la ecografía abdominal es una prueba que permite observar los órganos y las estructuras del abdomen e incluso realizar drenajes de abscesos o tomas de biopsias.
Escrito por Dr. Pablo Rivas, Especialista en medicina interna

Ecografía

Qué es una ecografía abdominal.

La ecografía abdominal es una prueba diagnóstica que, a través del uso de ondas de ultrasonido, permite observar los órganos y las estructuras que se encuentran dentro de la cavidad abdominal. Además, permite realizar de forma simultánea intervenciones como drenaje de abscesos o tomas de biopsias, ya que hace posible dirigir las punciones a las zonas precisas de forma segura. También permite examinar el flujo dentro de los vasos sanguíneos a través de una ecografía especial llamada ecografía-doppler.

El aparato que sirve para hacer ecografías se llama ecógrafo y emite ondas de ultrasonido que no son detectables por el oído humano.

Estas ondas se introducen en el cuerpo a través de una sonda llamada transductor, que se mueve por encima del órgano que nos interese estudiar.

Las ondas se transmiten por el interior del cuerpo y al rebotar crean unas ondas que son distintas según la densidad del tejido que atraviesan, como por ejemplo distintos fluidos, el hueso o la grasa.

Estas ondas son recogidas por el transductor y, a través de un ordenador, se generan imágenes del órgano que estamos estudiando.

La ecografía abdominal permite observar los órganos abdominales como el hígado, la vesícula biliar, el páncreas, el bazo, los riñones y la vejiga urinaria.

También permite ver la aorta abdominal y detectar la presencia de líquido entre los distintos órganos. En las mujeres permite ver los ovarios y el útero, y en los hombres la próstata; sin embargo, estos órganos se ven mejor realizando una ecografía por vía vaginal en las mujeres o por vía transrectal en los hombres.

Cuándo debe hacerse una ecografía abdominal

Los motivos más frecuentes por los que se puede solicitar la realización de una ecografía abdominal son los siguientes:

  • En casos de dolor abdominal, ante la sospecha de patología de la vía biliar como una litiasis biliar o una infección de la vesícula biliar (colecistitis).
  • Para descartar la presencia de cáncer de hígado, por ejemplo en enfermos con una hepatitis crónica.
  • En el estudio de la patología del riñón, como la litiasis renal, las infecciones renales (pielonefritis) o el cáncer de riñón.
  • En el estudio de patología del páncreas, como la pancreatitis o el cáncer de páncreas. Sin embargo, a veces el páncreas no se ve bien en la ecografía, pues es un órgano que se encuentra muy profundo. Por ello, para su estudio se prefiere muchas veces la realización de una tomografía axial computarizada (TAC).
  • Ante la sospecha de apendicitis cuando no se puede realizar un TAC.
  • Analizar la presencia de estrecheces o aneurismas de la aorta abdominal.
  • Para el estudio de patología del útero o los ovarios, o para seguir al feto en la mujer embarazada.
  • Guiar la aguja en la punción o para realizar una biopsia hepática o renal.
  • Para drenar abscesos localizados en algún órgano del abdomen, sobre todo en el hígado.

Cómo se realiza una ecografía abdominal

Para realizar una ecografía abdominal le pedirán que se tumbe boca arriba en una camilla y que deje al descubierto el abdomen. No es necesario cambiarse de ropa. La prueba la hará generalmente un médico radiólogo en un cuarto en penumbra para permitir ver mejor las imágenes en la pantalla.

El médico le pondrá un gel en el abdomen para aumentar la conducción de las ondas de ultrasonido por la piel. Este gel puede estar algo frío.

El médico pasará el transductor por las distintas partes del abdomen, lo cual no suele originar ningún dolor ni molestia, a menos que el médico tenga que apretar algo más fuerte en alguna área concreta del abdomen.

El paso del ultrasonido no origina ninguna molestia

Es posible que tenga que cambiar algo de postura para permitir una mejor visualización de algún órgano. En caso de que sea necesario el estudio de algún vaso sanguíneo, el médico usará la técnica de la ecografía-doppler en la que se podrá oír un zumbido intermitente que corresponde al flujo sanguíneo del vaso estudiado. Tampoco notará ningún dolor ni molestia.

Tras finalizar la prueba le facilitarán un papel para limpiarse el abdomen de posibles restos de gel.

Este gel tiene propiedades hidratantes por lo que no hay ningún problema en dejarlo o en extenderlo por el abdomen.

Complicaciones de una ecografía abdominal

La ecografía es una prueba muy segura. No se usan radiaciones ionizantes como en las radiografías o el TAC. Las ondas de ultrasonido no tienen ningún efecto perjudicial para el organismo, por lo que la prueba se puede repetir tantas veces como sea necesario sin causar ningún perjuicio.

Es extremadamente raro que el gel que se usa para mejorar la conducción produzca alergia en la piel. En casos de problemas graves de la coagulación, el paso del transductor puede originar algún hematoma en la piel, aunque este hecho es extremadamente raro.

Resultados de una ecografía abdominal

Las imágenes obtenidas por el ecógrafo se pueden ver e interpretar inmediatamente por el radiólogo. Sin embargo, el médico suele dictar un informe que puede tardar un tiempo en estar por escrito.

Hay que tener en cuenta que la ecografía es una prueba dinámica y la interpretación de las imágenes se hace sobre la pantalla del ecógrafo. Las imágenes estáticas que se pueden obtener en papel tienen menos valor diagnóstico.

El informe de los resultados de una ecografía abdominal incluirá datos sobre los órganos explorados y los hallazgos encontrados. El tipo de hallazgo puede variar mucho dependiendo de la patología y del órgano estudiado.

Muchas veces se pueden encontrar tumores benignos o malignos, signos indicativos de diversas infecciones, como abscesos o inflamaciones en algún órgano, malformaciones o patología de la vía biliar o de las vías urinarias.

En relación a los vasos que riegan los distintos órganos o de la aorta abdominal, se pueden encontrar trombos, infartos vasculares (debido a la obstrucción de una arteria), aneurismas o hemorragias.

Muchas veces es necesario repetir la prueba para ver cómo evolucionan las distintas lesiones, ya sea de forma espontánea o con algún tratamiento.

La ecografía abdominal tiene dos limitaciones principales. Una es la presencia de gas en los intestinos. El aire no transmite adecuadamente las ondas de ultrasonido, por lo que impide la correcta visualización de los órganos que estén detrás de las asas intestinales.

Los pacientes obesos, pues cuanto mayor es la cantidad de tejido que tienen que atravesar las ondas de ultrasonido peores son las imágenes obtenidas.

Conviene acudir a recoger el resultado y no asumir que todo está normal porque no se le entregan los resultados en unas pocas semanas. El médico que le ha pedido la prueba le dará los resultados y le indicará la necesidad de hacer otras exploraciones complementarias o algún tratamiento.

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