La Gastritis aguda es la que veremos en esta parte.

por | 26 diciembre, 2016

Clasificacion de la Gastritis.

La Gastritis aguda es la que veremos en esta parte.

La clasificación de las gastritis es compleja, pero a modo de resumen se puede decir que se dividen en aguda, crónica, y formas especiales de gastritis.

A continuación veremos las características en cuanto a causas, síntomas y tratamiento de cada una de ellas.

Qué es y causas de la gastritis aguda

La forma principal es la gastritis aguda erosiva o hemorrágica, que se caracteriza por la presencia de erosiones en la pared del estómago que afectan únicamente a la mucosa. No obstante, existen otras formas de gastritis aguda que no son hemorrágicas, y que se deben a otros factores causales.

La gastritis aguda puede estar producida pues por diferentes causas:

Gastritis de estrés:

Los pacientes con enfermedades graves (politraumatizados, grandes quemados, hipertensión intracraneal…), específicamente aquellos ingresados en las unidades de cuidados intensivos, pueden presentar úlceras o erosiones que a menudo se manifiestan como hemorragia.

Estas lesiones se producen por múltiples causas, entre las que se encuentran la hipersecreción ácida del estómago y la pérdida de los mecanismos defensivos de la mucosa gástrica.

Aunque menos frecuente, en estas unidades de pacientes críticos o aquellos con procesos que causan pérdidas sanguíneas o baja tensión arterial como algunas infecciones graves (sepsis), pueden presentar gastritis por baja perfusión sanguínea, por una disminución del riego del estómago.

Su aspecto endoscópico es una mucosa negra por la necrosis.

Gastritis por tóxicos:

Antiinflamatorios, alcohol, cocaína, cáusticos, enzimas producidas por el páncreas, reflujo biliar.

Todos estos factores, mediante distintos mecanismos, originan un aumento en la secreción del ácido gástrico superior al que las propias células de la mucosa pueden tolerar, produciéndose la irritación de ésta.

Gastritis producida por Helycobacter pylori, que es una bacteria que infecta la mucosa del estómago produciendo en ocasiones úlceras o algunos tipos de gastritis.

En muchos casos, las personas infectadas nunca llegan a desarrollar ningún síntoma.

Existen otras gastritis infecciosas, menos reconocidas, como aquellas provocadas por el citomegalovirus, el VIH, algunas bacterias como E coli, y los virus respiratorios.

Suelen formar parte de síndromes más generales, no solo gástricos.

Tratamiento de la gastritis aguda

Existen diferentes opciones para el tratamiento de la gastritis aguda. En ocasiones no es necesario tratarlas, puesto que las gastritis se pueden resolver espontáneamente.

En primer lugar es importante evitar los alimentos irritantes (café, té, alcohol, pimienta, mostaza, vinagre…) o las sustancias que pueden dañar la mucosa gástrica, como los antiinflamatorios.

Se aconseja fraccionar las comidas en una menor cantidad evitando la plenitud, así como evitar guisos muy elaborados que inviten a una hiperproducción de ácido gástrico (cocido, fabada, etcétera).

En cuanto a los antiinflamatorios, en el caso de que sea imprescindible administrarlos, se hará después de las comidas (nunca en ayunas) y con protección mediante omeprazol.

Los fármacos que se pueden utilizar para prevenir la aparición de gastritis y tratarla son los antiácidos, los antagonistas H2 (que disminuyen la secreción ácida del estómago), o el sucralfato.

En la actualidad y desde hace décadas, la primera línea de tratamiento para la dispepsia son los inhibidores de la bomba de protones, destacando omeprazol, pantoprazol, rabeprazol, lansoprazol y esomeprazol.

Estos fármacos consiguen mantener un pH en el estómago no excesivamente ácido, disminuyendo así los síntomas de la gastritis y facilitando la curación.

Ocasionalmente se pueden combinar los antiácidos con antiH2 (ranitidina) o antiácidos con inhibidos de la bomba de protones (omeprazol).

En los casos en los que exista presencia de H Pylori, el tratamiento de estas gastritis agudas debe consistir en la triple terapia con omeprazol o algún otro inhibidor de la bomba de protones, más dos antibióticos (amoxicilina y claritromicina en la mayoría de los casos).

La gastritis mejora a medida que lo hace la situación del enfermo, desapareciendo las lesiones a las 48 horas de la agresión aproximadamente.

Cuando aparecen complicaciones como la hemorragia digestiva puede ser necesaria la realización de una gastroscopia, aunque la mayoría de las veces la hemorragia cede de forma espontánea sin necesidad de realizar pruebas invasivas.

La cirugía (que generalmente consiste en la extirpación de todo el estómago) presenta una mortalidad muy elevada, y sólo debe utilizarse como último recurso.

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