Herpes labial

por | 19 mayo, 2019

Herpes labial

Qué es

Se denomina herpes labial, o herpes oral, la infección que se produce tanto en los labios como en la boca o las encías y que está provocada por el virus del herpes simple.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), este virus se divide en simple de tipo 1 (VHS-1) y simple de tipo 2 (VHS-2). El primero es el causante del herpes labial y el segundo es causa directa del herpes genital pero, en ambos casos, las infecciones que provocan persisten acantonadas toda la vida, de ahí que se repitan con cierta frecuencia.

La infección por el VHS-1 es extremadamente contagiosa, frecuente y con carácter endémico en todo el mundo y se adquiere, en la mayoría de los casos, durante la infancia.

Causas

Tras producirse la primera infección, el virus se vuelve inactivo en los tejidos nerviosos, donde que se quedan acantonados, para después reactivarse en determinadas ocasiones y producir nuevas “calenturas”, lo que explica la reaparición del herpes a pesar de haber recibido el tratamiento adecuado.

El virus del herpes del tipo 2 no solo produce infecciones genitales, sino que también pueden transmitirse a la boca si se realiza sexo oral con una persona infectada.

Un paciente infectado, tanto si padece un brote activo como si tiene una lesión de herpes, resulta muy contagiosa si:

Se entra en contacto íntimo o personal con él.

Una persona no infectada toca una lesión abierta de herpes o cualquier objeto que haya entrado en contacto con dicha herida, tales como toallas, maquinillas de afeitar, platos u otros utensilios similares.

No es una afección hereditaria, por lo que la transmisión de padres a hijos solo se producirá por las dos formas de contagio anteriores.

Síntomas

La infección por este virus suele ser asintomática o produce manifestaciones leves que pasan desapercibidas. Algunas personas pueden desarrollar úlceras en el momento de entrar en contacto con el virus, mientras que otras no presentan signos.

Cuando estos síntomas se visibilizan, se observan vesículas o úlceras en la boca y en las regiones colindantes. Éstas suelen denominarse “calenturas” y, antes de su aparición, las personas infectadas sienten una sensación de hormigueo, picor o quemazón en la zona.

Es frecuente que, tras una primera infección, estas úlceras reaparezcan periódicamente, pero esto varía de una persona a otra.

Otros posibles síntomas que pueden aparecer antes de que sean visibles las ampollas son:

Dolor de garganta y dificultades al tragar.
Fiebre.
Inflamación de los ganglios linfáticos locales.

Estos síntomas pueden desencadenarse debido a la menstruación o los cambios hormonales en el caso de las mujeres, pero también por permanecer mucho tiempo al sol o sufrir periodos de estrés, o coincidiendo con otra infección.

Según la Organización Mundial de la Salud, se estima que, en todo el mundo, hay cerca de 3.700 millones de personas menores de 50 años infectadas por el virus del herpes simple de tipo 1.

Prevención

Para prevenir el contagio del herpes las recomendaciones son las siguientes:

Se aconseja no mantener sexo oral con personas que tengan un herpes labial diagnosticado y, de esta manera, evitar un posible contagio en la zona genital.

No emplear los mismos utensilios, tales como cubiertos, pajitas, vasos o platos que las personas infectadas.

Se recomienda evitar que los labios se resequen por lo que se aconseja el empleo de bálsamos labiales, además de llevar un estilo de vida saludable (dieta sana y ejercicio) que impida que las defensas disminuyan y deje al organismo más expuesto a las infecciones externas.

Tipos

Existen dos tipos de virus del herpes:

Virus del herpes simple de tipo 1: La infección que provoca este tipo de virus resulta muy contagiosa. La trasmisión suele producirse en la infancia y dura toda la vida.

Este virus afecta, en su gran mayoría, a las zonas de la boca, los labios o las zonas de alrededor, aunque algunas veces también se presenta en los genitales por transmisión sexual.

Virus del herpes simple de tipo 2: Este virus se transmite, exclusivamente, por vía sexual y carece de cura.

Según la OMS, la mayoría de los casos suelen producirse en la adolescencia y son más frecuentes en África y América.

Por lo general, la transmisión es más común de hombres a mujeres que de mujeres a hombres.

Diagnóstico

Se establece a partir de un examen físico y en el que se revisará el estado de las úlceras. En algunos casos, se tomará una muestra de la misma para enviarla al laboratorio, donde le realizarán una revisión más detallada.

Otras pruebas que pueden realizarse incluyen un cultivo de virus o una prueba de Tzanck, en la que se examinan las úlceras para detectar si la causa es el VHS.

Tratamientos

Para tratar el herpes labial, los medicamentos antivíricos son los más apropiados. Pero, aunque pueden ayudar a reducir la intensidad y frecuencia de los síntomas, no curan la infección por completo.

El especialista podrá administrar también cremas cutáneas antivirales, pero no suponen, tampoco, un remedio permanente del problema.

Es posible que se produzcan complicaciones de la afección en pacientes inmunodeprimidos, por ejemplo, aquellos que presentan una infección por VIH son más propensos a sufrir síntomas más graves y reapariciones del herpes con mayor frecuencia.

Otros datos

Según la Organización Mundial de la Salud, se estima que, en todo el mundo, hay cerca de 3.700 millones de personas menores de 50 años infectadas por el virus del herpes simple de tipo 1. Estas cifras representan el 67 por ciento de la población mundial.

Por otro lado, “es posible, aunque poco frecuente, que la afección se transmita de la madre infectada al recién nacido durante el parto”, informa la organización.

Este herpes, denominado neonatal, se considera una afección rara pero en ocasiones mortal, que puede producirse cuando el bebé ha estado expuesto al VHS en las vías genitales de la madre.

Este riesgo de contagio es aún mayor cuando la madre ha contraído la infección en los últimos meses del embarazo.

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