La Gastritis crónica será la parte que veremos en esta parte.

por | 26 diciembre, 2016

Clasificacion de la Gastritis. Crónica.

La Gastritis crónica será la parte que veremos en esta parte.

Qué es la gastritis crónica y tipos

La gastritis crónica consiste en una inflamación crónica de la mucosa del estómago que afecta inicialmente a áreas superficiales y glandulares de la mucosa, progresando a la destrucción glandular (atrofia) y metaplasia (el término metaplasia intestinal indica la conversión de las glándulas del estómago en otras parecidas a las del intestino delgado).

De esta forma, la gastritis superficial se acaba transformando en gastritis atrófica.

Tipos de gastritis crónica y síntomas

La incidencia de la gastritis crónica se incrementa con la edad, siendo más frecuente en ancianos que en jóvenes. Existen varios tipos de gastritis crónica:

Gastritis tipo A o fúndica:

Es bastante rara. En este tipo de gastritis, la inflamación afecta fundamentalmente al cuerpo y al fundus, que son las porciones superior y media del estómago.

Puede causar anemia perniciosa –un tipo de anemia producida por una deficiencia de vitamina B12–, ya que una de las causas más comunes de anemia perniciosa es el debilitamiento de la pared del estómago (gastritis atrófica).

Es frecuente que al realizar una analítica de sangre a estos pacientes se observen en la sangre anticuerpos frente a las células parietales del estómago y frente al factor intrínseco (una sustancia producida por las células del estómago que permite la absorción en el intestino de la vitamina B12), lo que sugiere que esta enfermedad tiene una base autoinmune.

Este tipo de gastritis predispone a un mayor riesgo de desarrollar cáncer de estómago (adenocarcinoma).

Gastritis tipo B:

Es la más frecuente. Afecta al antro (porción más inferior del estómago, cercana al píloro) en personas jóvenes, o a la totalidad del estómago en ancianos.

Aparece en casi toda la población mayor de 70 años, y está producida por la infección crónica por la bacteria H. pylori.

Este tipo de gastritis también predispone a tener mayor riesgo de cáncer (fundamentalmente los tipos adenocarcinoma tipo intestinal y linfoma MALT).

En alguna clasificación más reciente se ha postulado que la gastritis crónica podría dividirse en:

Gastritis atrófica (en cuyo proceso están implicadas las alteraciones inmunológicas de la Gastritis tipo A).
Gastritis no atrófica (que sería la equivalente a la tipo B, con protagonismo del H. Pylori).
Otras gastritis especiales (que incluirían causas químicas, aquellas tras radioterapia, aquellas relacionadas con enfermedades como el Crohn o la enfermedad celíaca, eosinofílica por alergias a alimentos, y algunas infecciosas).

Síntomas y diagnóstico de la gastritis crónica

En general, los síntomas de la gastritis crónica no difieren en esencia de la gastritis aguda sea cual sea su causa principal.

De esta manera, pueden pasar desapercibidas en algunos casos, sin síntomas y solo diagnosticarse mediante las pruebas pertinentes.

En la mayoría de los casos predomina el dolor en la zona del estómago (bajo el final del esternón, en la parte superior del abdomen, conocida como “boca del estómago”), aunque puede desplazarse en algunas personas a la parte derecha, donde se localiza el hígado.

En otras ocasiones se acompaña de náuseas y pueden llegar a vomitar el contenido de la comida ingerida con anterioridad.

Si éstos se produjesen de manera repetida pueden acompañarse de restos de sangre. Como frecuentemente el dolor lo desencadena la ingesta, algunos pacientes disminuyen las comidas, ocasionando a la larga una pérdida de peso.

Para establecer el diagnóstico de gastritis crónica se dispone de la gastroscopia, donde se visualizan los signos característicos de la inflamación de la mucosa, como son la inflamación de sus pliegues, y el enrojecimiento de la mucosa que se vuelve nodular.

Existen métodos de tinción rápida para identificar la presencia de H. Pylori durante la realización de la gastroscopia.

El diagnóstico de la gastritis crónica es también histológico (es necesaria la obtención de una muestra mediante gastroscopia), observándose al microscopio los cambios típicos que se producen en la mucosa del estómago.

Se debe hacer diagnóstico diferencial con otras enfermedades como la úlcera duodenal, la hernia de hiato, la pancreatitis crónica, o el síndrome de intestino irritable.

Tratamiento de la gastritis crónica

Las gastritis crónicas asintomáticas no necesitan tratarse. Pero en los pacientes con síntomas el tratamiento debe ser personalizado.

Se aconseja evitar alimentos irritantes como todas las comidas pesadas, fritos y rebozados, bebidas carbonatadas, picantes, especias y la combinación tabaco-alcohol.

Los antiinflamatorios quedan prohibidos por su papel erosivo sobre la mucosa gástrica, recomendándose como alternativa el paracetamol.

En la gastritis atrófica producida por H. pylori es necesario instaurar tratamiento con antibióticos (la pauta más utilizada es la asociación de inhibidores de la bomba de protones –el más conocido es el omeprazol–, amoxicilina y claritromicina, durante 7 o 10 días.

Esta pauta es altamente eficaz, aunque ha de hacerse confirmación de la curación al cabo del tiempo para establecer una nueva combinación de fármacos y antibióticos si no se consiguiera esta.

En la anemia perniciosa se necesita el aporte indefinido de vitamina B12, que es recomendable que se administre por vía parenteral, es decir, mediante una inyección intramuscular generalmente mensual.

Finalmente, si se presenta anemia por niveles bajos de hierro, se utilizarán suplementos de hierro para recuperar los depósitos.

Este aspecto conlleva en ocasiones un recrudecimiento de los síntomas, pues algunos preparados de hierro son mal tolerados provocando síntomas parecidos a la propia gastritis.

Se indicarán aquellos mejor tolerados, y si fuese preciso, tomados tras las comidas a pesar de que disminuya su absorción.

Tipos especiales de gastritis

Existen algunos tipos especiales de gastritis, entre las que destaca la enfermedad de Menétrièr, de la que citaremos algunas características:

Enfermedad de Menétrièr

La enfermedad de Menétrièr se caracteriza porque los pliegues que presenta la pared del estómago por dentro son marcadamente engrosados (esto se observa mediante la realización de una gastroscopia).

En este tipo de gastritis se produce una disminución de la secreción ácida y un aumento de la secreción de moco.

Se ha considerado una enfermedad premaligna debido a que, aproximadamente, uno de cada diez pacientes con este trastorno desarrolla un cáncer de estómago.

Los síntomas más frecuentes de la enfermedad de Menétrièr son dolor abdominal, pérdida de peso, niveles bajos de la proteína albúmina en sangre, anemia y edemas.

Existe un mayor riesgo de úlceras y cáncer gástrico.

El diagnóstico se realiza mediante endoscopia y biopsia de la mucosa gástrica.

Para tratar este tipo de gastritis se utilizan diferentes tipos de fármacos como los anticolinérgicos, los corticoides y los agonistas H2, que reducen la pérdida de proteínas.

Cuando la afectación es muy importante, puede ser necesaria la realización de cirugía (extirpación total del estómago).

Además de la enfermedad de Menétrièr, existen otros tipos especiales de gastritis:

  • Por agentes corrosivos
  • Infecciosa
  • Eosinofílica
  • Gastritis granulomatosa
  • Gastritis linfocítica

Dieta aconsejada en pacientes con gastritis

En pacientes con gastritis se recomienda seguir ciertas pautas dietéticas, evitando el consumo de comidas y bebidas que puedan empeorar los síntomas:

Alimentos recomendados para la gastritis: pasta, arroz, pan blanco, verduras cocidas y sin piel, patata, frutas cocidas, carnes magras, pescados, clara de huevo, productos lácteos desnatados, agua y bebidas sin cafeína.

Los alimentos se deben preparar hervidos, al horno, a la plancha o al grill, evitando las frituras.

Alimentos que se deben tomar con moderación: verduras crudas, ajo, cebolla, tomate, pepino, pimiento, productos integrales o ricos en fibra, frutas con piel, leche entera, nata y mantequilla, quesos curados, embutidos, chocolate, bollería, zumos de uva y cítricos, bebidas carbonatadas.

Alimentos que es mejor evitar durante la gastritis: alimentos y bebidas muy fríos o muy calientes, pimienta, vinagre, pimiento molido, mostaza, café, té, alcohol.

Como normal general, se aconseja a los pacientes con gastritis ingerir cantidades pequeñas de comida, aunque con mayor frecuencia, por ejemplo, cinco veces al día.

Se recomienda una masticación adecuada y un tiempo adecuado para cada comida, evitando también acostarse inmediatamente después de cada ingesta.

Se trata, en definitiva, de dar cierto “reposo digestivo” intentando evitar el estímulo de ácido clorhídrico que produce el estómago ante determinados alimentos.

Por último, también se recomienda no ingerir fármacos que dañen la mucosa gástrica (aspirina, antiinflamatorios) y evitar, en la medida de lo posible, situaciones de estrés, pues éste favorece la secreción ácida del estómago.

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4 pensamientos en “La Gastritis crónica será la parte que veremos en esta parte.

  1. Raquel

    ¡Impresionante! A pesar de haber muchas palabras lo he estudiado de un tirón y he bajado a la zona de comentarios directamente para agradecerte esta entrada, excelente !
    Enhorabuena

    Responder
    1. Ch Salud Autor

      Muchas gracias. Nos alegra que haya sido de su agrado. Saludos desde CH SALUD.

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