¿Qué es el SIBO?

por | 4 junio, 2019

¿Qué es el SIBO?

El SIBO o sobrecrecimiento bacteriano del intestino delgado es un aumento de las bacterias de esta parte del tubo digestivo.

En el intestino delgado debería haber menos de 1.000 bacterias/ml. La prueba diagnóstica que se utiliza es el test del aliento para sobrecrecimiento bacteriano.

El SIBO puede estar asociado a múltiples procesos digestivos o a la toma de fármacos como el Omeprazol.

Puede provocar diarrea o estreñimiento, distensión y dolor abdominal, hasta la malabsorción y mala digestión de los nutrientes. También se ha relacionado con diversos síntomas y procesos sistémicos.

Las teorías más recientes consideran que en realidad es una respuesta del organismo interactuando con su microbiota para intentar solventar otro problema de salud, por ejemplo un déficit nutricional o un problema metabólico, por lo que es fundamental realizar una evaluación completa del estado de salud y nutricional del paciente.

En la población aparentemente sana puede haber SIBO hasta en un 20% de los individuos. En grupos de personas con síntomas digestivos , el SIBO puede estar presente hasta en el 65% o, según algunos estudios, hasta en el 85% de los pacientes. Aunque su prevalencia aumenta con la edad, también los niños pueden sufrirlo.

Es importante realizar el diagnóstico y averiguar sus causas para tratarlo correctamente. El tratamiento en ocasiones es frustrante porque la recurrencia del SIBO, sobre todo si no se pone remedio a la causa que lo ha originado, es muy frecuente.
Produce una merma importante en la calidad de vida de las personas que lo sufren, por lo que se debería realizar un esfuerzo institucional real y concreto para mejorar la atención a estos pacientes.

Síntomas

Inflamación y daño de la superficie intestinal.
Exceso de gases (dióxido de carbono, hidrógeno y metano) que provoca flatulencias y distensión abdominal.
Un paciente puede tener tanto diarrea como estreñimiento, y es frecuente el dolor abdominal. También es frecuente la halitosis.
Si hay malabsorción de grasas aparece la esteatorrea (diarrea con grasa en las heces).
Puede perder peso y deficiencia de vitaminas A y la E.

Diagnóstico

Para diagnosticar el SIBO lo más importante es sospecharlo. Cualquier persona que tenga síntomas como los descritos pudiera tener un SIBO, asociado o no a otra patología digestiva o sistémica. Es importante realizar una historia clínica incluyendo la medicación que se toma, o los síntomas relacionados con la ingesta de diferentes alimentos, además de exploración física minuciosa.

Hoy en día se realiza fundamentalmente con el test del aliento o test de aire espirado para sobrecrecimiento bacteriano. En una persona sana el hidrógeno y el metano se producen solo en el intestino grueso, pero en caso de SIBO se producen también en el intestino delgado. El test consiste en administrar lactulosa o lactitol y medir en el aliento el hidrógeno y el metano.

Estos azúcares normalmento no se absorben en el intestino delgado y deberían llegar al intestino grueso. Si el test es positivo con dos picos o un pico precoz en las concentraciones de hidrógeno y metano en el aire espirado, se considera como positivo porque indicaría la presencia de bacterias que fermentan la lactulosa en el intestino delgado. Para realizar la prueba hay que seguir una serie de recomendaciones previas de forma estricta.

Además del diagnóstico es importante buscar la causa del sobrecrecimiento bacteriano, y tener en cuenta que un paciente con SIBO puede tener varias causas concurrentes. La enfermedad celíaca, la hipoclorhidria gástrica, la presencia de giardiasis y el intestino irritable.

Tratamiento y prevención

Se utilizan antibióticos farmacológicos. Si el test del aliento da positivo en hidrógeno, sería suficiente con la rifaximina. Es un antibiótico que mata las bacterias en la luz intestinal. En el caso de que haya elevación de metano se usa la combinación de rifaximina con neomicina, otro antibiótico que igualmente actúa en la luz intestinal.

Los cambios en la alimentación asimismo son importantes. La dieta es una opción de tratamiento a la que no suele ser necesario recurrir, y debe ser indicada por un médico. Además, el ayuno nocturno debería ser de un mínimo de 12 horas para permitir un adecuado funcionamiento motor intestinal.

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