Qué es la gonorrea

por | 28 marzo, 2017

Gonorrea

Qué es la gonorrea

La gonorrea es una infección bacteriana producida por Neisseria gonorrhoeae. Esta bacteria pertenece al grupo de los cocos, en particular diplococos, por su forma arriñonada y porque suelen agruparse en dos o más bacterias. Otra bacteria importante de la familia de las Neisserias es la que produce la meningitis (aunque otras bacterias también pueden producirla).

La gonorrea se transmite principalmente mediante contacto sexual sin protección, y forma parte de las enfermedades de transmisión sexual (ETS).

Hay que tener en cuenta que para contraerlo o transmitirlo no implica que tenga que haber eyaculación, el contacto con la vagina, el pene, el ano o la boca de la persona afectada es suficiente para que se dé el contagio.

Las mujeres pueden tener la bacteria durante semanas o meses sin mostrar síntoma ninguno y, de hecho, muchas veces son diagnosticadas tras estudiarlas por ser la pareja sexual de otra persona contagiada.

La gonorrea, como tal, es una infección del epitelio de la uretra, el recto, el cérvix, la faringe o los ojos por Neisseria gonorrhoeae, que puede producir bacteriemia (diseminación de bacterias por todo el cuerpo cuando alcanzan el torrente sanguíneo) y otras complicaciones.

Prevalencia de la gonorrea

La gonorrea es una ETS que continúa siendo considerada un problema de Salud Pública importante para la Organización Mundial de la Salud (OMS). Se calcula, según fuentes de este organismo, que de los 448 millones de nuevos casos anuales de ETS curables que se reportan, 88 millones corresponden a gonorrea (aproximadamente, un 20%).

Aunque se trate de una enfermedad considerada curable, es cierto que en los últimos años están apareciendo cepas resistentes a muchos antibióticos, lo que se conoce como multi-resistencia, y está siendo estudiado por la OMS, que lo considera un problema importante que debe ser cortado de raíz. Lo veremos con más detalle en el apartado de ‘tratamiento de la gonorrea’.

Síntomas de la gonorrea

Los hombres con gonorrea pueden sufrir molestias en la uretra y dificultades para orinar.

Es importante diferenciar entre hombres y mujeres en patología porque, como hemos comentado, las mujeres pueden ser portadoras asintomáticas (tienen la bacteria y pueden contagiarla, pero sin mostrar síntomas) durante años. Evidentemente, esto no significa que aunque los síntomas de la gonorrea no estén presentes no puedan aparecer complicaciones.

No obstante, la infección de gonorrea también puede ser asintomática en los hombres si la localización anatómica es la faringe o el recto. En pocas ocasiones, también puede aparecer en la uretra de hombres que no han desarrollado síntomas (pero sí son susceptibles de presentar complicaciones).

Los principales síntomas de la infección por gonorrea son los siguientes:

Síntomas de la gonorrea en hombres

Tras un periodo de incubación que puede durar entre 2 y 14 días, suelen aparecer leves molestias en la uretra. Estas molestias pueden tener continuación con la aparición de un exudado de pus a través de la uretra y con disuria (dificultad para orinar acompañada de dolor). También puede ocurrir que aumente la necesidad de orinar, debido a que la inflamación asociada a la infección crea presión.
La secreción purulenta puede ser de color amarillo o amarillo verdoso, y los labios del meato (orificio de la uretra) pueden aparecer inflamados y rojos.
En caso de varones homosexuales, la faringe y el ano son localizaciones frecuentes (ver más adelante).

Síntomas de la gonorrea en mujeres

El periodo de incubación en las mujeres suele ser de 7 a 21 días tras contraer la bacteria. Los síntomas, si bien leves al principio en la mayoría de los casos, también pueden ser de intensidad importante.

El principal síntoma que aparece es la poliaquiuria. Es decir, mucha más necesidad de orinar, aunque haya dificultad en emitir la orina (debido a la inflamación).

También puede aparecer disuria en la mujer. En muchos casos, aunque no siempre, hay presencia de exudado vaginal. En la mujer, el cérvix y aquellas estructuras reproductivas más profundas son las localizaciones más frecuentes de la infección, siguiendo después otras como las glándulas de Bartolino, encargadas de producir gran cantidad de moco vaginal.

Tanto en mujeres como en hombres homosexuales, el ano es un lugar anatómico frecuente de infección, denominándose en este caso gonorrea rectal. Las mujeres suelen ser asintomáticas (aunque pueden referir molestias en la zona que rodea el esfínter anal, y exudado).

Es en los varones homosexuales donde la infección anal puede llegar a ser importante. Pueden sentir intensas molestias durante el coito anal o la defecación; y las heces pueden aparecer cubiertas de moco o tener un aspecto purulento.
En cuanto a la faringitis producida por gonococo (faringitis gonocócica), suele ser asintomática, aunque pueden aparecer pequeñas molestias, enrojecimiento e inflamación de las amígdalas.

Síntomas de la gonorrea en niños y lactantes

En las lactantes y las niñas, la infección puede hacerse patente por irritación, edema (retención de líquido) y eritema (enrojecimiento de la zona) de la vulva. Puede aparecer exudado purulento y proctitis (la proctitis es la sensación de necesidad de defecar, debida a una inflamación de la zona. Puede haber algún tipo de descarga acompañando esta sensación o tenesmo).
En algunas ocasiones, el exudado purulento puede verse en la ropa interior de la pequeña, lo que puede a su vez alertar a los padres, que contactarán con algún profesional sanitario.
En niños y niñas, la infección por gonorrea sólo suele contagiarse mediante el abuso sexual por parte de adultos.

Diagnóstico de la gonorrea

El diagnóstico de la gonorrea se puede sospechar por los síntomas, pero muchas enfermedades de transmisión sexual presentan síntomas parecidos. Por ello, el diagnóstico final deberá hacerse en un laboratorio.

Primero, se toma muestra del exudado uretral en varones; o exudado cervical en mujeres. La muestra se tiñe mediante una técnica de tinción llamada de Gram, que permite visualizar las bacterias del exudado. En hombres, esta técnica demuestra una gran facilidad para visualizar la bacteria de la gonorrea, no así en mujeres, en las que resulta más complicado.

Tanto en hombres como en mujeres en los que la técnica de la tinción de Gram sea negativa o dudosa, debería cultivarse dicha muestra en medios de cultivo específicos para Neisseria gonorrhoeae. Un medio de cultivo no es otra cosa que un “medio ambiente” con el que se pone en contacto la muestra y que permite cultivar las bacterias. Cuanto más específico sea, menos probable es que crezca otro tipo de bacteria que no sea la que estamos buscando, y existen medios de cultivo específicos para que sólo crezca la bacteria de la gonorrea, en caso de estar presente.

En caso de infecciones rectales o faríngeas, las técnicas de tinción son poco sensibles, de manera que es mejor recurrir a las técnicas de cultivo, o a las más complejas técnicas de detección genética de la bacteria en el exudado.

Cuando se lleva a cabo el cultivo del exudado, las primeras colonias de bacterias pueden aparecer a las 24 horas. A las 48 horas, la mayoría de ellas ya habrán aparecido.

Complicaciones de la gonorrea

El hecho de que la persona portadora de la bacteria no desarrolle síntomas, no excluye que pueda presentar complicaciones a largo plazo. Vamos a comentar algunas de las complicaciones más frecuentes o graves tras la infección por gonorrea, si no se trata, o si se trata de manera inadecuada.

En los hombres, la complicación más frecuente de la gonorrea es la uretritis (inflamación de la uretra) post-gonocócica. Se trata de una secuela que, sin embargo, suele estar motivada por otro organismo, la bacteria de la clamidia. Generalmente, gonorrea y clamidia se contraen a la vez, de ahí que esta complicación se pueda generar por la presencia de la clamidia.

La epididimitis (inflamación del epidídimo, un conducto del aparato genital masculino) también es frecuente. Las bacterias pueden ascender desde la uretra hasta el epidídimo, mediante los vasos deferentes.

En las mujeres, la principal complicación es la salpingitis. Se trata de la infección de las trompas de Falopio; y es el problema clínico más importante. Forma parte de la enfermedad inflamatoria pélvica (EIP) que trataremos a continuación.

La infección gonocócica diseminada (IGD) es más frecuente en mujeres que en hombres. Consiste en la diseminación de la bacteria por el torrente sanguíneo, desde donde puede alcanzar otras localizaciones. Generalmente, la bacteria se puede aislar de la sangre (sobre todo en la primera semana). Esto ocurre en muchos de los casos en los que la infección genital es asintomática, lo que supone que la infección no es tratada (recordemos que, a veces, la infección por gonorrea sólo se diagnostica mediante cultivo del exudado genital a la búsqueda de otras infecciones). Las principales manifestaciones de la IGD son: dermatitis, artritis (infección de las articulaciones), cuadro febril, malestar, lesiones cutáneas pustulosas, generalmente en la parte más alejada de los miembros…

La afectación gonocócica de las articulaciones (artritis gonocócica), una de las posibles localizaciones de la IGD, también puede aparecer en solitario, sin afectar a otras localizaciones. Suele producir fiebre, dolor muy fuerte y dificultad de movimientos en la zona afectada. Cuando se extrae líquido de dichas articulaciones afectadas (pocas, por lo general; a diferencia de la IGD como tal, en la que se pueden ver afectadas muchas articulaciones a la vez), éste suele ser purulento y se pueden encontrar bacterias gracias a las técnicas de tinción.

Las infecciones oculares también pueden producirse, aunque son más frecuentes en niños recién nacidos. Se previene con profilaxis; y es bastante infrecuente en adultos.

La enfermedad inflamatoria pélvica (EIP) es un cuadro que engloba la afectación de varias estructuras de la zona del tracto genital superior femenino. Puede ser asintomático, aunque generalmente suele presentarse con dolor en la zona abdominal baja. Algunas de las localizaciones afectadas son las trompas de Falopio, el endometrio, el cuello uterino y los ovarios. Debe tratarse rápidamente, ya que puede complicarse y producir infertilidad, embarazo ectópico (el óvulo fecundado se ancla en una zona diferente, lo que puede ser muy grave) o dolor pélvico crónico.

Es por todo esto que la infección por gonorrea es tan importante. En muchos casos, la falta de síntomas no excluye la aparición de posibles complicaciones. Por ello, es necesario siempre el uso de preservativo durante la relación sexual, ya que nuestra pareja puede no ser consciente de ser portadora de la bacteria.

Tratamiento de la gonorrea

La gonorrea, al ser una infección de origen bacteriano, se trata con antibióticos. Su médico le indicará cuál es el más eficaz frente a esta enfermedad, aunque se establecen tratamientos muy específicos:

Puede ser tratada mediante una única dosis de ceftriaxona (una cefalosporina de nueva generación), inyectada en un músculo; o en su defecto, tomada en forma de pastillas durante una semana.

Es obligatorio el tratamiento a su vez para clamidia, pues como hemos comentado, es muy frecuente la co-infección por estas dos bacterias. Para tratarla, se utilizará doxiciclina o azitromicina. En mujeres embarazadas, el tratamiento para clamidia se puede sustituir por eritromicina, pero siempre debe asociarse un tratamiento para la posible infección por clamidia.

Nunca se automedique, y consulte siempre con su profesional sanitario. La gonorrea puede mostrar multiresistencia a los medicamentos, lo que hace que cada vez sea más difícil de curar con los tratamientos habituales.

Esto se debe a algunas situaciones concretas, como el acceso a la compra de antibióticos por parte del público sin atender a los consejos de los profesionales; la falta de adherencia a los tratamientos, que sólo consigue fortalecer a la bacteria; la prescripción inadecuada del agente antibiótico; mutaciones genéticas de la propia bacteria…

Siga siempre las recomendaciones de su médico y farmacéutico para conseguir el mayor beneficio de los medicamentos contra la infección.

Prevención de la gonorrea

A la hora de prevenir la gonorrea debemos tener en cuenta que hay que actuar a dos niveles: controlando la resistencia a los antibióticos de amplio espectro (tratan muchos tipos diferentes de bacterias, incluso de familias o grupos distintos); y el control sobre la propia transmisión de la bacteria.

Prevención del contagio de la gonorrea mediante el uso de preservativo en las relaciones sexuales.
Cuando un afectado es conocedor de padecer la gonorrea es imprescindible que comunique la situación a sus parejas sexuales para que éstas comprueben si han sido contagiadas y puedan tratarse y a la vez evitar la propagación de la bacteria a otras parejas.

No tener relaciones sexuales hasta que se haya concluido el tratamiento a seguir para curarse por completo de la gonorrea.

Si sientes síntomas genitales como ardor o irritación al orinar, secrecciones o úlceras consulta con tu médico por si se tratara de una enfermedad de transmisión sexual.
Vigilancia de las autoridades sanitarias de los países en los que la gonorrea es un problema de salud importante, para detectar la aparición de las resistencias.
Los profesionales sanitarios deberán estar al día de los tratamientos que fallan, para no prescribirlos, impidiendo así que pueda facilitarse la multi-resistencia (o la resistencia cruzada, es decir, cuando la resistencia de una bacteria a un antibiótico le permite ser resistente o mostrar menos sensibilidad a otro/s tratamiento/s).

Actualmente, la OMS tiene un programa de vigilancia para la gonorrea (GASP, por sus siglas en inglés), que busca implantar estas medidas y otras muchas con la mayor efectividad posible.

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