Que sabes sobre apnea del sueño.

por | 13 marzo, 2019

Que sabes sobre apnea del sueño.

Muchas personas padecen apnea del sueño sin saberlo, y es que los afectados no pueden comprobar el síntoma más común, el ronquido; pero hay otros signos que pueden hacer sospechar la presencia del trastorno.

Una apnea se define como el cese completo del flujo de aire hacia los pulmones durante un mínimo de 10 segundos.

El síndrome de apnea obstructiva del sueño (SAOS) es un trastorno muy importante y frecuente en el que las vías respiratorias se obstruyen repetidamente durante el sueño del paciente. Para determinar la existencia de este síndrome, han de producirse un mínimo de treinta pausas de apnea durante el descanso nocturno, asociadas frecuentemente al despertar del paciente por la sensación de falta de aire.

Este síndrome de apnea del sueño, afecta a un 2-4% de la población adulta en los países desarrollados, siendo más frecuente en varones de edad madura con sobrepeso, y en mujeres que ya han pasado la menopausia.
Trastornos del sueño

El sueño es una necesidad fundamental en el ser humano. Es tan importante para la salud, que el hombre pasa casi la tercera parte de su vida en este estado de inconsciencia.

El sueño no es un mero descanso, sino que es un estado activo donde el organismo renueva su salud física y mental.

Cuando existe una situación, patológica o no, que impide tener un sueño reparador aparecen síntomas como fatiga, pérdida de concentración o irritabilidad. Esto ocurre porque la falta de sueño no solo afecta al nivel de energía del individuo, sino también al estado psíquico y mental de este.

Diversos trastornos del sueño privan a las personas que los padecen de un descanso efectivo. Estas alteraciones son un importante problema de salud pública por su gran incidencia en la población y sus importantes repercusiones en múltiples esferas de la vida del individuo. Afortunadamente, la mayoría de los trastornos del sueño tienen tratamiento. Las apneas del sueño son una causa importante de sueño no reparador en la población adulta.

Causas de la apnea del sueño

El consumo de sedantes o alcohol es un factor de riesgo para sufrir apnea del sueño

Las apneas obstructivas del sueño se deben fundamentalmente a que los músculos que normalmente mantienen las vías respiratorias abiertas se relajan y se abomban durante el sueño, haciendo que la lengua, las amígdalas, el paladar blando y la úvula bloqueen repetidamente la respiración.

Los pacientes que tienen apnea del sueño generalmente presentan ronquidos de gran intensidad. El ronquido está presente durante años, antes de que se presenten los síntomas. Estos ronquidos originan una gran presión en la vía aérea al introducir el aire con la respiración; es decir, durante la inspiración.

No todas las persona que roncan van a sufrir este síndrome, pero aquellas que lo manifiestan suelen roncar.

Durante el sueño, los músculos de la zona posterior de la garganta (faringe) se relajan. En este síndrome, el movimiento hacia atrás de la lengua y el paladar, favorecido por la relajación de la musculatura, ocluiría la zona de la faringe momentáneamente originando la pausa de apnea. Esto solo ocurre cuando la presión que se origina en la faringe durante la inspiración es mayor a la fuerza que generan los músculos de la vía aérea. Esta presión de colapso está favorecida por diversos factores anatómicos como la obesidad, la presencia de amígdalas o lengua de gran tamaño, algunas alteraciones de la estructura facial…

Factores de riesgo para las apneas del sueño

  • Obesidad: es especialmente importante la obesidad de la zona del cuello. Si esta zona presenta un exceso de grasa se tiende a un estrechamiento de las vías respiratorias superiores (en la garganta).
    Amígdalas o adenoides aumentadas de tamaño: son órganos de tejido linfoide situados en la faringe. Si su tamaño es superior a lo normal pueden ocupar la vía respiratoria.
  • Sexo masculino: se ha visto que las apneas del sueño predominan en los varones.
  • Edad: tener cuarenta años o más predispone a este cuadro, ya que suele aparecer entre esa edad y los setenta años.
  • Antecedentes familiares: se observa una mayor incidencia de SAOS entre familiares de enfermos con esta patología.
  • Consumo de alcohol, sedantes y tranquilizantes: estas sustancias provocan una relajación en los músculos de la boca que favorecería la obstrucción de la garganta.

Síntomas de la apnea del sueño

En la apnea del sueño, los músculos se relajan y obstruyen el flujo de aire, disminuyendo la concentración de oxígeno en la sangre. Esta apnea provoca que, en ocasiones, el paciente se despierte de forma brusca por la sensación de ahogo que le produce. Esto conduce a una fragmentación del sueño, con la consecuente disminución del descanso nocturno. Una vez finalizada la apnea, los músculos recuperan su tono normal, se alivia la obstrucción y se reanuda la respiración, frecuentemente con un gran ronquido.

El patrón puede repetirse diez veces o más en una hora, durante toda la noche. Es posible que la persona no se dé cuenta de esas interrupciones momentáneas del sueño. No obstante, esos episodios repetidos impiden llegar a las fases del sueño profundo y restaurador, incidiendo negativamente sobre la actividad diaria del paciente.

Dentro de los síntomas de la apnea del sueño encontramos que las personas que la padecen suelen encontrarse somnolientas durante el día, en especial después de una comida o mientras conducen, leen o están inactivas. Esta somnolencia diurna puede llegar a ser muy peligrosa e interferir gravemente en la vida, pues hay mayor riesgo de accidentes de coche en estas circunstancias.

También es frecuente que presenten deterioro intelectual, pérdida de memoria y alteraciones en la personalidad como irritabilidad. Estas manifestaciones neuropsiquiátricas y de conducta son las más frecuentes, y son consecuencia de los despertares transitorios recurrentes que sufre el paciente durante la noche.

Por la mañana es muy frecuente que el paciente refiera dolor de cabeza, junto con sensación de que el sueño no fue reparador.

Otro tipo de manifestaciones que presentan estas personas son las cardiovasculares, que se relacionan con los frecuentes episodios de falta de aire en lo que la sangre presenta bajos niveles de oxígeno.

Las apneas obligan al corazón a bombear más intensamente la sangre cada vez que le falta oxígeno.

Los trastornos en el ritmo cardiaco y el infarto de miocardio son más comunes en estos pacientes que en el resto de la población. En la mayoría de los pacientes, existe una frecuencia cardiaca baja y elevación de la presión sanguínea durante el episodio de apnea, seguido de un aumento del ritmo cardiaco al reanudarse la respiración. La mayoría de los pacientes tienen hipertensión arterial, que aumenta el riesgo de ataque cerebral e insuficiencia cardiaca.

Otros síntomas de la apnea del sueño que pueden presentar los afectados son: impotencia, disminución del impulso sexual y sequedad de boca.

Tratamiento de la apnea del sueño

La apnea del sueño no suele resolverse por sí sola, pero sí que puede tratarse. Existen diferentes opciones terapéuticas, que deben ser seleccionadas según la gravedad del cuadro. De esta forma, en algunas ocasiones pueden indicarse simplemente medidas de autocuidado, como perder peso o dormir en determinadas posturas. Sin embargo, la mayoría de los pacientes con apnea del sueño moderada o grave, necesitarán el empleo de una mascarilla nasal de presión positiva continua en las vías respiratorias. En algunas ocasiones es necesaria la cirugía.
Medidas higiénico-dietéticas

Cuando la apnea es leve pueden ser efectivas medidas de autocuidado como son:

  • Perder el exceso de peso. Es muy importante este punto en el tratamiento de la apnea del sueño. Pequeñas reducciones del peso van a aportar mejorías significativas en la apnea del sueño, ya que al adelgazar se produce un aumento del calibre de la vía respiratoria.
  • Dormir de lado o boca abajo. La postura del paciente a la hora de dormir es determinante en la aparición de las apneas. El decúbito supino (boca arriba) provoca que la lengua y el paladar blando descansen sobre la faringe y obstruyan las vías respiratorias. Para ayudar a que la persona no duerma en esta postura, se puede colocar una pelota de tenis en la espalda del paciente para que le resulte incómodo cada vez que adopte dicha posición.
  • Evitar el alcohol y los fármacos con efecto sedante. Al consumir sustancias que provocan una relajación en los músculos de la faringe, se favorece la obstrucción de la vía aérea.
  • Mejorar la respiración nasal. Intentar respirar por la nariz y no por la boca.

CPAP (presión positiva continua nasal)

Cuando la apnea es grave, o si los anteriores procedimientos fallan, el tratamiento de elección es la CPAP.

La mascarilla nasal CPAP se encuentra conectada a un dispositivo que insufla aire hacia la misma con una presión suficiente para conservar abiertos los conductos aéreos superiores y evitar el colapso respiratorio y los ronquidos. Este tratamiento es muy eficaz, y es capaz de eliminar los ronquidos, mejorar la calidad del sueño, evitar la somnolencia diurna y disminuir la tensión arterial.

El único inconveniente de este tipo de tratamiento es que no hace desaparecer el problema de base: si se deja de emplear, aparecerán de nuevo los síntomas. Por otro lado, hay algunas personas que abandonan la CPAP por considerarla molesta y no acostumbrarse a ella.

Otros dispositivos

Se pueden utilizar dispositivos intraorales, que aumentan el diámetro de la vía aérea superior al provocar un desplazamiento de la mandíbula o la lengua hacia delante. Estos dispositivos también se emplean por la noche y pueden disminuir los ronquidos y la aparición de apneas obstructivas.
Cirugía

En los casos que no responden al uso de CPAP, o en aquellos pacientes que no lo toleran, se puede recurrir a la cirugía para asegurar una vía respiratoria abierta.

Entre los diferentes tipos de cirugía, el más utilizado es la uvulopalatofaringoplastia (UPPP, en sus siglas en inglés). Esta intervención consiste en extirpar parte del tejido de la zona posterior de la cavidad oral, de la parte superior de la garganta, y frecuentemente las amígdalas y las adenoides. Esta cirugía puede disminuir los ronquidos, pero su eficacia solo llega al 50% de los casos.

Otro tipo de intervención es la uvuloplastia por láser (LAUP), que extirpa la parte posterior de la garganta mediante el empleo del láser. Este método ha resultado eficaz en la disminución de los ronquidos, pero ha tenido un éxito mínimo en la resolución de las apneas, por lo que actualmente no se suele recomendar.

La traqueotomía es la última opción en el tratamiento del síndrome de la apnea obstructiva del sueño (SAOS); se utiliza cuando han fracasado todos los procedimientos anteriores. Consiste en la abertura de la tráquea hacia el exterior a través de la piel. Es un método muy agresivo que raramente se usa.

Escrito por María Alba Jiménez, Licenciada en Medicina por la Universidad de Alcalá de Henares y residente de pediatría en el hospital La Paz de Madrid
Revisado por Dr. Pablo Rivas, Especialista en medicina interna

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