Qué es la neumonía y factores de riesgo

por | 26 noviembre, 2018

Neumonía

Qué es la neumonía y factores de riesgo

La neumonía es la infección que provoca mayor número de ingresos hospitalarios, y aunque su causa habitual son las bacterias, también virus como el de la gripe y el de la varicela pueden originar esta enfermedad.

Qué es la neumonía y factores de riesgo

Los jovenes y ancianos, sobre todo varones y hospitalizados, son los grupos poblacionales a los que más afecta la neumonía.

La neumonía es la inflamación del tejido pulmonar ocasionada por un agente infeccioso.

El pulmón está constituido por dos partes principales: los bronquios (tubos por los que pasa el aire) y los alvéolos (pequeños sacos de aire, en los que se realiza el intercambio de oxígeno que pasa a la sangre y dióxido de carbono que se expulsa al exterior).

En la neumonía se afecta el alvéolo; se irrita e inflama y se rellena de líquido y material infeccioso, lo que provoca que la respiracción del afecatdo sea dolorosa.

Se trata de la infección que provoca mayor número de ingresos hospitalarios.

Afecta con mayor frecuencia a jóvenes y ancianos (23-34 casos por cada 1.000, en mayores de 75 años), principalmente ancianos institucionalizados (viviendo en residencias o centros de tercera edad). Predomina en varones y en la estación invernal.

También es una de las enfermedades que más muertes infantiles causa: las autoridades sanitarias estiman que cada año mueren cerca de 1.200.000 niños de menos de cinco años como consecuencia de una neumonía.

En la mayoría de los casos (70-80%) el tratamiento de la neumonía se realiza de manera extra hospitalaria.
Factores de riesgo de la neumonía

A continuación detallamos los factores de riesgo más comunes que pueden derivar en una neumonía:

  • Tabaquismo.
  • Enfermedades crónicas: diabetes mellitus, hepatopatías, cardiopatías, enfermedad renal, cáncer, enfermedad pulmonar crónica, SIDA.
  • Malnutrición.
  • Exceso de peso.
  • Demencia.
  • Edad (los niños y las personas de más de 50 años son los más susceptibles de contraer neumonía).
  • Esplenectomía (pacientes a los que se les ha extirpado el bazo) y, en general, pacientes con bajo nivel de inmunidad.
  • Alcoholismo.
  • Tratamientos inmunosupresores o con corticoides de manera crónica.
  • Residentes en centros de enfermos crónicos o de tercera edad.
  • Exposición a drogas por vía parenteral.

Causas y tipos de neumonías

El mecanismo por el que se producen la mayoría de las neumonías es la aspiración de microorganismos procedentes de la orofaringe. Sin embargo, puede que no se determine el agente responsable hasta en el 50% de los casos.

La etiología más probable dependerá del lugar de adquisición, de factores de riesgo asociados, de la localización geográfica y de la gravedad de la infección.

En los adultos, las causas de neumonía más frecuentes son las bacterias, como Streptococcus pneumoniae (neumococo), Staphylococcus aureus, Legionella y Haemophylus influenzae, aunque hasta en un 10% pueden ser por varios de estos agentes simultaneamente.

Virus como el de la gripe y el de la varicela pueden causar también neumonía. Además, algunos hongos pueden provocar neumonía, por ejemplo en pacientes con VIH-SIDA.

Dentro de la causa más común, el neumococo produce dos tipos distintos de neumonía: la bacteriémica y la no bacteriémica. La neumonía por Neumococo hasta en un 25% produce bacteriemia, es decir, detección del germen en la sangre con una mortalidad mayor.

Podemos distinguir dos tipos de neumonías según el lugar y la forma de aparición:

  • Aadquirida en la comunidad: es aquella producida por un agente infeccioso fuera del ámbito hospitalario.
  • Nosocomial o intrahospitalaria: cuando aparece en dicho medio, o bien en las 48-72 horas posteriores al alta hospitalaria, y hasta 10 días después de esta.
  • Relacionada con la asistencia sanitaria: aquellos pacientes de centros de larga estancia, en tratamiento con quimioterapia, diálisis, centros de día de ancianos…

Síntomas de la neumonía

Los síntomas de la neumonía más característicos son fundamentalmente respiratorios y de afectación de las vías aéreas bajas:

  • Tos.
  • Fiebre.
  • Expectoración (tos productiva).
  • Dolor torácico pleurítico (aumenta con los movimientos de la respiración).

En casos de mayor gravedad pueden aparecer:

  • Dificultad respiratoria.
  • Afectación del estado general: sudoración, aumento de la frecuencias cardiaca y respiratoria.

Una modificación en los sonidos emitidos por el paciente afectado al respirar (inspiración y espiración), verificada por el médico mediante la auscultación con el fonendoscopio, es un signo que, unido a los síntomas citados, harán sospechar la presencia de una neumonía.

En pacientes ancianos e inmunodeprimidos (bajos niveles del sistema inmunológico), la sintomatología de la neumonía puede ser inespecífica, sin fiebre, o incluso ocasionar el empeoramiento de enfermedades subyacentes.

Cabe distinguir, según la forma de manifestarse los síntomas de la neumonía, dos cuadros clínicos diferentes:

  • Cuadro clínico típico: comienzo brusco de menos de 48 horas de evolución junto con escalofríos, fiebre de más de 37.5º, tos productiva, expectoración purulenta (flemas con pus), y dolor torácico de características pleuríticas (aumenta con la respiración). Un ejemplo sería la producida por el neumococo.
  • Cuadro clínico atípico: caracterizado por tos no productiva (tos seca), molestias inespecíficas, y manifestaciones extra pulmonares como dolores articulares y musculares, dolor de cabeza, alteraciones del estado de conciencia o gastrointestinales. Un ejemplo podría ser la producida por Legionella o Mycoplasma.

Escrito por Olga de la Peña, Médico de familia.

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